El Efecto Cafetería

Cuando recién llego a una nueva oficina o uso un nuevo escritorio, me siento motivado para terminar todo el trabajo que tengo pendiente. El cambio me ayuda a quitarme el tedio de estar siempre en el mismo lugar, frente a la computadora. Es algo que había notado cuando trabajaba en casa, trataba de mover el escritorio de vez en cuando. Es una de las razones por las que me gusta la idea de trabajar en laptop, porque es más fácil moverte.

Ahora que trabajo en una oficina, lo que hemos estado haciendo es mover los escritorios cada cierto tiempo. No hay una fecha, simplemente sentimos que ya es tiempo de un cambio. Eso me ayuda a sentir renovado el lugar de trabajo, aunque seguimos dentro del mismo local.
Como ya no trabajo en casa, no tengo un escritorio designado para trabajar cuando no voy a la oficina. He notado que en esas ocasiones me gusta ir a una cafetería y trabajar desde ahí. Eso me ayuda a concentrarme, si me quedo en la casa tiendo a distraerme. Esto me sorprende porque pasé muchos años trabajando desde mi casa casi sin problemas, ahora que estoy en una oficina no logro concentrarme para trabajar desde casa como antes. Parece que mi cerebro ya se acostumbró a que la casa no es un lugar de trabajo.

Hace poco leí un artículo en el blog de Trello donde escribían sobre el "Efecto Cafetería". Me hizo darme cuenta que esas son las razones por las que estamos cambiando constantemente como se ve nuestra oficina y la razón por la que siento que soy más productivo cuando salgo de casa a trabajar en una cafetería los fines de semana.

En el artículo de Trello se mencionan razones por las que al moverte a trabajar a una cafetería de vez en cuando te ayuda a ser productivo:
  1. Café
  2. A nuestro cerebro le gusta la novedad
  3. Si estamos siempre donde mismo, podemos caer en hábitos no productivos 
  4. La intención de trabajar
Con el cuarto punto "La intención de trabajar" me identifico cuando en un fin de semana salgo a Starbucks a trabajar. Porque siento que sí ya dejé la comodidad de la casa y gasté en moverme y comprar un café entonces debo hacer que ese gasto valga la pena produciendo resultados. Si me quedo en la casa, aunque tengo la intención de trabajar, es fácil encontrar pretextos para postergar los pendientes. El ir físicamente a otro lugar con la intención de trabajar siento que me hace productivo.

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